Para muchos uno de los misterios más grandes en el mundo es la naturaleza, motivo por el que han hecho una gran cantidad de estudio para determinar algunos de sus comportamientos. Así sucedió recientemente en el laboratorio de la Universidad de Tel Aviv que pudieron comprobar como las plantas pueden hablar diferentes idiomas y comunicarse entre sí.
Su principal investigadora Lilach Hadany hablo en una reciente entrevista sobe como ha sido su trabajo: “Mi principal interés de investigación es la variación en la naturaleza. Hemos comenzado a usar modelos analíticos, simulaciones por computadora y, a veces, experimentos, donde tratamos de comprender las fuerzas que impulsan la variación, los patrones de variación esperados en las poblaciones naturales y las consecuencias evolutivas de estos patrones”, inició.
“Algo que también sabíamos –sigue la especialista– es que el estrés produce efectos en las plantas. Cambian su color, forma y aroma. Es un mecanismo de respuesta, pero también una alerta a su entorno. Este año descubrimos que hablan, que pueden emitir palabras. Las identificamos y percibimos que se comunican en distintos idiomas”, agregó.
¿Que pueden decir las plantas?
Hadany explicó para su investigación se dispuso de una seguidilla de varias cabañas sin muchas diferencias a un invernadero común. Allí los profesionales comenzaron a decodificar lo que las plantas dicen, al registrar primero sus sonidos y de a poco desglosaron sus lenguajes y diferencias.
“Los sonidos que registramos se parecen a pequeños quiebres o clics, similares a los que surgen cuando se hacen estallar las bolitas plásticas de los envoltorios", agregó Hadany y sumó: "Esta experiencia se ha convertido en la primera vez en el mundo que se logran grabar estas emisiones”.
“Con esta investigación, dimos solución a un dilema científico, hora sabemos que los ruidos de los árboles contienen información. Si las personas comenzamos a trabajar en esa comunicación podríamos adaptar sensores para mejorar el sistema de riego en los campos de producción, por ejemplo”.
“Nuestras grabaciones indicaron que las especies sin ser sometidas a estrés, en promedio, se mantuvieron más silenciosas. En cambio, las que recibieron diferentes situaciones de agresión leve no detuvieron sus reclamos. Grabamos sonidos en el aire (con los sensores colocados a 10 cm de cada planta).
Confirmamos que fueron emitidos por especies vivas, aunque ya sabíamos que una rama cortada sigue emitiendo sonidos durante varias horas e incluso días, hasta que finalmente se detiene. Creemos que los sonidos requieren algo de movimiento de agua a través del vegetal, y que se emiten durante la cavitación, un movimiento de burbujas de gas en las tráqueas”.
“Si un vegetal está bajo estrés se pueden formar burbujas de aire, expandirse y colapsar en el xilema, ocasionando el ruido que registramos”, completó Hadany sobre el proceso y como reaccionaron las plantas ante ello.