Luego de la masacre del pasado domingo que dejó 49 muertos y 53 heridos en la discoteca gay Pulse de Orlando, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viajará el próximo miércoles a esa ciudad de Florida para rendir tributo a las víctimas del atentado.
El presunto autor de la masacre, el estadounidense Omar Mateen, había sido investigado por el FBI pero, al no contar con historial criminal, pudo comprar de manera legal las armas con las que llevó a cabo el tiroteo, el más letal desde el 11 de septiembre de 2001.
Obama advirtió al Congreso que “no hacer nada” al respecto, “es también una decisión”. Y volvió a insistir en la necesidad de endurecer las leyes sobre las armas de fuego para dificultar el acceso y prevenir estas tragedias.
“Hay ciertas medidas de sentido común que el Congreso puede tomar y que harían más difícil para cualquier persona adquirir armas de guerra”, dijo el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest. “El presidente ha estado realmente frustrado”, insistió.
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