Uno de los actores con una larga trayectoria en Hollywood es John Goodman quien es conocido por interpretar muchos famosos roles entre los que desde tacan el de Pedro en los Picapiedras en la década de los 90. Ahora sorprendió al mundo pero no precisamente por una película, sino por su apariencia física.
Después de que su obesidad llegara hasta su punto más delicado, debido a que en un momento su peso estaba en los 180 kilos, decidió comenzar una drástica transformación física que inició en el 2007, de la mano de su entrenador personal Mackie Shilstone.
De a poco fue bajando considerable de peso y ya para el 2018 habían desaparecido 50 kilos de su cuerpo, aunque no quedaría conforme con ello y seguiría en el proceso para tratar de llegar al punto ideal y no perjudicar su salud.
La nueva imagen de John Goodman que sorprendió a todos
Recientemente el actor durante la alfombra negra de la 62ª edición del Festival de Televisión de Montecarlo, apareció luciendo una extraordinaria pérdida de peso de 90 kilos, lo que produjo que todos centraran su atención en él.
“John Goodman es una leyenda absoluta. Ha cautivado los corazones de múltiples generaciones con su extraordinaria carrera cinematográfica y televisiva. Si no fuera por su papel como presidente del jurado, sin duda le honraríamos con el premio a toda una vida”, revelaron en la gala.
Esta transformación no le resultó nada fácil a John debido a todo lo implico para que diera resultados, es por ello que hace un tiempo habló sobre lo que le motivo a realizarla: "Me cansé, me harté de mirarme. Te estás afeitando en el espejo y no quieres mirarte. Se vuelve peligroso", expresó.
“En los viejos tiempos, me tomaba tres meses de descanso, perdía 15 o 18 kilos y luego me recompensaba con un paquete de cervezas o lo que fuera y volvía a mis viejos hábitos”, sumó y agregó: “Esta vez quería hacerlo despacio, moverme, hacer ejercicio.
"Estoy llegando a una edad en la que ya no puedo permitirme quedarme sentado. Y me da energía para trabajar, porque el trabajo es muy agotador. Me cansé, me harté de mirarme. Te estás afeitando en el espejo y no quieres mirarte. Se vuelve peligroso”.
“Creo que intentas llenar un agujero que no se puede llenar a menos que se llene con bondad, algún tipo de espiritualidad, no digo religión. Pero simplemente una creencia en algo superior a uno mismo, un propósito. Pero en lugar de llenarlo con alcohol, cocaína o comida, simplemente reconoces que está ahí. No puedes llenarlo. Y sigues adelante y vives con ello”., cerró Goodman en aquella oportunidad.