En Puerto Rico ha comenzado una tendencia de velorios nada usual ¿por qué decimos esto? porque ahora, dejan de lado la presencia de un ataúd para despedir a sus seres queridos tal y como fueron en vida, o sea, en alguna pose que más les haga sentir que no se han ido.

Esto sucedió en el velorio de un chico de 26 años que murió a causa de 15 impactos de bala y cuya familia decidió que lo conservarían intacto y con los ojos abiertos durante su velorio

.

La conmoción fue tal que muchos de los asistentes al funeral no sabían si realmente estaba muerto o si se trataba de un invitado más.

Incluso, para que su apariencia fuera de un persona viva, se le puso un cigarrillo en la mano.

“Mi hermano  fue muy alegre y siempre tuvo el chiste perfecto, por eso quisimos recordarlo tal y como era” contó su hermana.

Esta terrorífica forma de despedida va en aumento en la isla, donde se realizan cada vez más celebraciones de este tipo.

¿Qué tal? ¿no les pareció creepy?

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