Zozo es un perro de Turquía y su historia es un claro ejemplo de que algunos animales poseen sentimientos muy profundos. El dueño de Zozo murió en febrero de 2014, y desde entonces el perro ha estado muy deprimido, a pesar de que los demás miembros de la familia se han ocupado de él. Cuando el hijo del hombre fallecido fue a visitar la tumba de su padre, se encontró con esto:
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Zozo estaba echado sobre la tumba de su dueño; se trataba de un intento por acercarse lo más posible a su mejor amigo. El perro le ha sido fiel incluso después de su muerte. Zozo y el hijo del fallecido han visitado juntos la tumba varias veces, pero el perro va todos los días al cementerio, llueva o haga calor, para honrar a su ser humano favorito en su morada final.
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¡Qué historia tan emotiva! Realmente nos demuestra que había una conexión muy especial en este hombre y su perro.
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