Una mujer de 22 años, oriunda de Australia, se enteró de la infidelidad de su novio. Lo más sorprendente fue el particular castigo que él acepto se le propinara por la indiscreción.
El novio accedió a que ella lo quemara en el pene con una plancha para pelo, en castigo por sus actos.

Ella le presionó el pene múltiples veces con la plancha, hasta que la piel se tornó de un color oscuro. Al asistir a un hospital, le diagnosticaron quemaduras de tercer grado, las cuales le dejarán cicatrices de por vida.
La celosa novia tuvo que asistir a un programa de buen comportamiento, para evitar una pena de cárcel de 9 meses, a pesar de haberlo hecho con el consentimiento de su novio.
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