En el Cristianismo, los fieles tienen a la celebración de la Pascua como una de las más importantes en el calendario y la celebran de diversas maneras alrededor del mundo, entre esas formas están los servicios al amanecer preferidos por los protestantes y la Vigilia Pascual, una antigua liturgia y rito bautismal que celebran los católicos en la noche del Sábado Santo.
La Pascua cristiana, también conocida como Domingo de Resurrección es el día que marca el final de la de la Cuaresma, un periodo de 40 días de penitencia, ayuno y reflexión que se inicia el Miércoles de Ceniza, que a su vez marca el final del Carnaval.
A través de los años, la Pascua se ha entremezclado con las celebraciones paganas de primavera., entre ellas una tradicional y popular como la visita del Conejo de Pascua, un símbolo de la primavera que lleva huevos que simbolizan la nueva vida.
¿Qué significa el conejo en La Pascua?
Una teoría sostiene que la tradición se originó en Alemania, pero los expertos aún no se ponen de acuerdo en ello. En cualquier caso, la caza de huevos de Pascua, la decoración de huevos y el consumo de dulces son una parte importante de la fiesta moderna de Pascua que se celebra en el mundo anglosajón, sobe todo en Estados Unidos y Reino Unido.
Esta tradición, según explica un artículo de National Geographic, viene dada ya que un conejo, que quedó atrapado en la tumba, sería el primer ser vivo que fue testigo de la resurrección de Jesús. Esta sería la razón por la que se ganó el privilegio de anunciar la buena nueva a los niños del mundo en la mañana de la Pascua. Es él, por lo tanto, el portador del huevo de chocolate.
El huevo, por su parte, es un símbolo de vida y renacimiento. Para esto hay que destacar que, en la antigüedad, civilizaciones como la romana tenían la creencia de que el Universo tenía forma oval. En la Edad Media se creía que el mundo había surgido dentro de la cáscara de un huevo.
Más tarde se estableció la costumbre de obsequiarse unos a otros huevos de gallina. Algunos historiadores especulan que esa tradición habría surgido entre los persas, pero otros atribuyen su origen a los chinos.
"Muchos siglos antes del nacimiento de Cristo, el intercambio de huevos en el equinoccio de primavera, conmemorado el 21 de marzo en el hemisferio norte, era una costumbre que se celebraba al final del invierno", explica el monseñor André Sampaio Oliveira, doctor en Derecho Canónico.
"Cuando se empezó a celebrar la Pascua cristiana, el rito pagano de festejar la primavera fue integrado en la Semana Santa. Los cristianos, entonces, pasaron a ver en el huevo un símbolo de la resurrección de Jesús", agregó el experto.