La fama de Marcos Ginocchio es total. Desde que se alzó como ganador del reality Gran Hermano su popularidad se ha potenciado y ahora, tras cinco meses de aislamiento total, volvió a su lugar natal, la provincia de Salta.
La fama de Marcos Ginocchio es total. Desde que se alzó como ganador del reality Gran Hermano su popularidad se ha potenciado y ahora, tras cinco meses de aislamiento total, volvió a su lugar natal, la provincia de Salta.
En medio de su participación en el show, supo ganarse el corazón del público, que lo sigue a cada lugar que va con la ilusión de conocerlo y llevarse una foto con él de recuerdo. Y esto pudo verse tanto a la salida de los programas que visitó, como cuando decidió ir al teatro a ver Tootsie e hizo colapsar la calle Corrientes.
Una vez que el ganador de Gran Hermano llegó a Salta, fue recibido por el público como un verdadero ciudadano ilustre y su aparición en el aeropuerto local hizo colapsar el sitio con la presencia de muchos seguidores.
Cuando Marcos Ginocchio pudo salir del lugar, fue subido a un autobomba con el que recorrió la ciudad acompañado por personal policial. “Estoy súper feliz. Es una locura, no puedo creer esto”, dijo Marcos en diálogo con Verónica Lozano para Cortá por Lozano.
Cuando iba en el coche de bomberos bajo una llovizna leve. Y siguió: “Para mí es un sueño. Es inexplicable el amor que siento por esta provincia y por la gente de acá. Es muy lindo todo lo que me está pasando”.
Posteriormente, Marcos Ginocchio dio a conocer cuál sería su recorrido. “Vamos a ir a la iglesia. Y ahí, obviamente, quiero agradecer por todo lo que me pasó y lo que me está pasando. Y de ahí, seguramente, seguiremos la recorrida”, dijo. Y aclaró que no le había pedido ser campeón a la Virgen, pero sí “poder disfrutar lo máximo que pueda” y que su familia esté bien.
También reveló si volverá a Buenos Aires: “Todavía no lo tengo pensado, creo que lo voy a saber en unos días”, respondió. Mientras tanto, el ganador de Gran Hermano no dejaba de saludar las personas de todas las edades que lo esperaban a la vera del camino al tiempo que les gritaba: “¡Los amo!”.
El joven de 22 años quiere pasar tiempo con su familia y sus amigos de San Lorenzo, para ponerse al tanto de todo lo que había pasado en los últimos meses.