Cuando llega el calor, los humanos no queremos otra cosa que refrescarnos con el agua de la pileta, del mar o un buen ventilador para evitar los golpes de calor. Lo mismo pasa con los perros.
Ellos también lo pueden sufrir si no se toman las medidas correspondientes. Por eso, hablamos con el veterinario Jorge Barberini (MP 5277) y nos dio los mejores consejos para cuidar a nuestras mascotas durante el verano.
¿Pueden sufrir un golpe de calor nuestros animales?
En medicina definimos al Golpe de Calor como un aumento de la temperatura corporal que excede los mecanismos de compensación. Lo sufren tanto los humanos como los animales, en especial el perro. Se trata de una emergencia médica que si no es atendida a tiempo puede provocar severos daños e incluso la muerte.
¿Cómo y por qué se produce?
La temperatura corporal se eleva por encima de los niveles tolerables y el organismo no logra frenar esa suba. Los mamíferos tenemos mecanismos que ayudan a mantener la temperatura corporal dentro de ciertos límites (38º a 39º en el perro y el gato) que garantizan el correcto funcionamiento de los procesos vitales. Por encima de los 41ºC comienzan a producirse alteraciones y si se superan los 42ºC estas se vuelven irreversibles e incompatibles con la vida.
¿Cómo se llega a esto?
Hay varios factores: una elevada temperatura ambiental, la exposición prolongada al sol, el confinamiento y la mala ventilación, la privación de agua, la obesidad, el ejercicio físico excesivo, los estados febriles y la presencia de enfermedades pre-existentes.
¿Cómo me doy cuenta si mi perro tiene un golpe de calor?
Existen signos claros. Comienzan a mostrar una respiración agitada y aumenta la frecuencia cardíaca (taquicardia). La piel está caliente, las mucosas aparecen resecas y el animal entra en un estado de depresión y estupor.
En ocasiones aparecen hemorragias por los orificios naturales, vómitos, diarrea y si el proceso avanza aparecen las convulsiones, se produce el coma y finalmente el colapso y la muerte.
¿Qué puedo hacer si se presenta este cuadro?
Lo primero es trasladar al animal a un lugar fresco y ventilado, preferentemente a la sombra. Se deben mojar la cabeza y las patas con agua fresca, tal como sale de la canilla. NUNCA se debe usar agua helada o hielo, ya que la baja de temperatura debe ser gradual.
Mientras tanto se lo debe trasladar para ponerlo en manos del veterinario, para que lo estabilice y decida si es necesario medicarlo. Un detalle importante a tener en cuenta: el perro carece de uno de los principales factores reguladores de la temperatura, las glándulas sudoríparas. En estos animales el principal mecanismo de regulación es el jadeo, el que debe ser favorecido quitando obstáculos y obstrucciones.